El Mejor Centro Delantero Que Vi En Mi Vida

Era la tarde del sábado 3 de abril de 1982. El Ajax de Ámsterdam jugaba uno de sus últimos partidos de la temporada 81/82 ante el NEC Nijmegen. A los 70 minutos del partido, el director técnico del Ajax, Kart Linder, decide sacar del campo de juego a su máxima estrella, su nombre era Hendrick Johannes Cruijff (sí, Johan). Cansado, con casi 35 años encima, este fenómeno del fútbol salía del campo de juego y le deseaba suerte a un pibe que debutaba ese día. Sin saberlo, Johan estaba viviendo un momento histórico del que, extrañamente, no era protagonista. Estaba dando paso a su indiscutido sucesor, a otro fenómeno del Deporte Rey, a un goleador implacable, un ganador nato y un caballero del deporte. El mejor centro delantero que vi en mi vida: Marco Van Basten. Y, como no podía ser de otra manera, El Cisne de Utrecht la mandó adentro a los pocos minutos de saltar al verde césped.

Nació en Utrecht el 31 de Octubre de 1964 y debutó a la tierna edad de 17 años. Fue un goleador temible (sus números son espeluznantes), con una terrible sangre fría al momento de definir. Más allá de su capacidad goleadora, era un jugador muy dúctil, era ágil y rápido, tenía un envidiable juego aéreo y un tremendo remate con las dos piernas. Todo lo anterior mezclado con una elegancia admirable en sus movimientos. Además tenía la particularidad de, no solamente hacer muchos goles, sino que casi todos eran golazos. La mejor chilena que he visto en la historia (la segunda es la de Enzo contra Polonia) o la volea en la final de la Euro 88 son solo dos ejemplos de la calidad estética de sus goles.

En cuanto a logros no hay mucho que explicar, hablan por sí solos. Tres ligas, tres copas y una Recopa Europea con el Ajax; tres ligas, dos Supercopas Italianas, dos Copas de Campeones de Europa, dos Copas Intercontinentales y dos Supercopas Europeas con el Milan; más una Eurocopa con la selección Holandesa son los títulos del gran Marco. Sería eterno entrar a enumerar sus logros individuales ya que son demasiados. Sin embargo, vale la pena recordar sus tres Balones de Oro Europeos (récord junto a Platini y Cruijff), fue FIFA World Player en 1992, múltiple goleador de Holanda e Italia y goleador y mejor jugador de la Euro 88. Por si fuera poco, formó parte de uno de los mejores equipos en la historia de este deporte (para algunos, como yo, el mejor), el Milan de Sacchi, un equipazo del que algún día tendremos un post aquí.

Sus números de goleo son, lo repito, espeluznantes. Con el Ajax marcó 152 goles en 172 partidos (en la temporada 85/86 marcó 37 en 26 juegos de liga!!!), en el Milán convirtió 124 goles en 201 partidos y con la selección de Holanda logró 24 goles en 58 partidos.

Una serie de lesiones lo aquejaron desde 1986, cuando se perdió algunos partidos de su última temporada en Holanda por una lesión en el tobillo. Finalmente se lesionó de gravedad en el último trimestre de 1992, tanto así que durante el año siguiente solo disputó 3 partidos oficiales. Siendo el último, la final de la Copa de Europa de 1993 que su equipo perdió ante el Olympique de Marsella con gol de Basile Boli. En aquella noche, Marco jugó infiltrado y ni siquiera pudo terminar el partido. Tenía 29 años recién cumplidos. Luego de dos años de luchas, operaciones y esfuerzos para volver, este fenómeno del fútbol decidió parar. Ya no podía más con el dolor que no lo dejaba ni siquiera entrenar. En agosto de 1995, 70.000 espectadores colmaron el estadio Giuseppe Meazza para despedirlo definitivamente en un partido contra la Juventus. Fue un momento conmovedor que incluso provocó las lágrimas de un tipo tan duro como Fabio Capello.

Gracias Van Gol. Gracias por tanto, perdón por tan poco.